¿En qué momento perdemos la creatividad?
¿Nacemos creativos o nos desarrollamos creativos? ¿o tal vez un poco de las dos? Este es el gran debate de nature vs nurture (nace o se hace). Algo cierto es que la creatividad se va perdiendo con el tiempo. Hace unos días – en un taller de diseño y tecnología para niños en un colegio visionario – escuché a una profesora decirle a las chicas más grandes (grado 11) “escuchen a las pequeñas porque ustedes ya perdieron la creatividad”. Fue una frase dura – para mí y para las chicas. No es bueno decirle a un niño que ya perdió la creatividad porque de pronto se la cree – aunque tenía algo de cierto. En ese momento me hizo reflexionar que más o menos a los 17 años ya no eramos creativos. La habíamos perdido. Era obvio que las chiquitas todavía la tenían. Brotaban de ellas ideas locas y revolucionarias – dignas de un Steve Jobs en ácidos.
La observación era cierta y la pude comprobar. Las más chicas que tendrían entre 4 y 5 años eran una fuente de ideas novedosas acompañadas de una capacidad para contar historias. Las más grandes de 17 – 18 años eran aburridas y serias, algunas perezosas y facilistas. Ya habían desarrollado la habilidad del menor esfuerzo.
Algo tiene que ver con la timidez o el temor a ser juzgado. Porque esas ideas que escuchaba en las conversaciones con las chicas – que yo consideraba geniales – me hubiera dado pena sacarlas en la mitad de un brainstorming de mi empresa.
Las más grandes ya habían perdido esa genialidad que tienen las pequeñas. No es necesariamente el colegio quien es responsable. Los padres y el resto de la sociedad también lo somos. O tal vez es inevitable. Lo cierto es que – en mi criterio – una niña de 4 años tiene una creatividad envidiable mientras que una de 17 tiene una que ya empieza a dar pena. Yo que me considero creativo ese día podría ser la persona más aburrida del mundo.
Los seres jóvenes son más plásticos (amoldables) y a medida que crecen se van tornando más rígidos. Esto es un mecanismo que ha evolucionado. Un ser joven gasta más energía explorando en busca de lo que no conoce y menos energía explotando lo que ya conoce, mientras que un ser viejo explota más y explora menos. El primero está formando una estructura que le permite conocer su entorno. El viejo ya lo conoce y entonces puede sacar mejor provecho de este. Es el trade-off de exploración vs explotación. Aparece en las especies, en los algoritmos de aprendizaje por refuerzo y lo puede observar uno en nuestras vidas. Es probar algo nuevo vs hacer lo que sabemos que funciona. El primero tiene un riesgo mientras el segundo va a la segura. Sabemos que el que no arriesga un huevo no tiene un pollo. Y que si nos quedamos explotando nuestra vida se torna aburrida.
Fue importante que este día tuvimos cierta estructura. Trabajamos Bogohack, Th1nk y Fundación Promedio con herramientas de pensamiento de diseño para que toda esa creatividad se materializara y las chicas del colegio entregaran y nos vendieran ese producto final. Trabajaron con impresoras 3D, makey makeys, madera y mucho cartón para crear vestidos, vehículos voladores, parques de diversiones, instrumentos musicales y mucho más.
Reforcé la idea que debemos combinar el explorar-explotar para cualquier taller, producto, servicio o experiencia que estemos diseñando. Debemos trabajar en no perder la habilidad de exploración o incluso en desarrollarla nosotros que nos tornamos viejos.
¿Qué pasaría si en el colegio se tuviera más presente el tradeoff de exploración-explotación? O tuviéramos una clase que se llamara soñar, o fomentáramos más lluvias de ideas, más kids hack day y días del cartón.
Este día del cartón me hizo feliz, querer volver a ser niño y soñar. Tuve la oportunidad de ver en realidad que es ser creativo y me motivo a proponerme ser más arriesgado con las ideas, explorar más y fomentar actividades como estas. Estoy seguro que todos esos inventos – como esa lavadora que puede sacar la ropa a tu medida, cambiarle el color, y que además ahorra agua lavando al mismo tiempo la ropa de color, la blanca y la oscura sin que se mezclen, o la bicicleta que va sembrando semillas y regándolas al mismo tiempo, o la guitarra que siente tus emociones y te ayuda a ser feliz – son factibles en un par de años.
Fotos: Juliana Marín https://www.flickr.com/photos/julianamarin/